Terrence Malick: el silencio necesario

Por  José Tomé  Twitter @Jose_Tome

 

Una absoluta languidez sonora reina en El Árbol de la Vida (The Tree of Life)

Con un equipo de sonido formado por más de una treintena de profesionales y dirigidos por tres diseñadores de sonido ( algo poco habitual ) los cuales son Erik Aadahl (Transformers, Superman Returns…), Craig Berkey (X-Men: Primera generación, No es país para viejos…) y Will Files (Déjame entrar…) ¿Cómo es posible realizar un trabajo tan tedioso y anodino?  Por medio de este análisis sonoro veremos como todas las repuestas las podemos encontrar en su director Terrence Malick y su visión creativa.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

The Tree of Life se sumerge en la búsqueda de la identidad humana con una visión católica y panteísta, algo habitual en la obra de Malick. Esta fusión espiritual agrupa al universo, a la naturaleza y a Dios bajo la misma idea. Es interesante apuntar que, a mediados del siglo XX, muchos católicos norteamericanos desembocaron en esta creencia al sufrir una fuerte exposición a las corrientes espirituales del New Age. Esta visión está tan unida al concepto creativo de Malick que amordaza toda libre actuación y lectura del film. Una pesada carga que se puede notar en demasía en este diseño de sonido que adolece de una escasa creación original y una limitada paleta sonora anclada en la realidad acústica natural. Esto se hace patente con la continua repetición de motivos sonoros como el agua que brota de la manguera, el mar la campana, todos ellos con significados fuertemente ligados con el catolicismo.

Una vez más Malick abusa de las susurradas voces en off (Voice-over) que a modo de sermón verbalizan un continuo discurso literario sobre la vida y la muerte. Este uso de la voz necesita mucha energía por parte del espectador ya que reclama atención absoluta. El resultado que se obtiene al permanecer durante largo tiempo bajo esta gran diversidad de Off’s  es la extenuación del sentido auditivo, y con ello, la perdida de atención del espectador.  El público, por lo tanto, corre el riesgo de perderse en una nube de palabras inconexas o teniendo que hacer un esfuerzo hercúleo para mantener el hilo narrativo. Este problema no es nada nuevo ya que en Dune (1984) de David Lynch también se pagó un alto precio por ello. Al reducir el metraje de 5 horas a 137 minutos bajo la presión del productor Dino De Laurentiis ,Lynch , se vio en la necesidad de usar las voces en off para incluir gran cantidad de información que se consideraba necesaria para la compresión del film.

Es triste comprobar como en The Tree of Life existe un exceso de música que monopoliza el espacio sonoro confirmándonos que su diseño de sonido no está a la altura del resto de departamentos. Donde más se evidencia es el bloque del origen del universo en el que se da exclusividad acústica a la magnífica pieza Lacrimosa perteneciente al Requiem for My Friend de Zbigniew Preisner. No se puede negar que este momento es de gran belleza pero articulado de una manera clásica y sin riesgo, que incluso no duda en hacer coincidir el clímax musical de la pieza con la máxima incandescencia lumínica de la “nebulosa”. Puede que el motivo de la inclusión de esta pieza y su total supremacía sea un guiño al maestro Krzysztof Kieślowski el cual en su serie de diez películas “El Decálogo” trata las mismas preocupaciones que Malick sobre la existencia humana ante Dios, la fe, la esperanza y la ética cristiana. En todo caso, es la perdida de una gran oportunidad para realizar un trabajo acústico que supere lo realizado en 2001: A Space Odyssey (1968) por el equipo de Stanley Kubrick  y a la que Malick le debe el marco estético de esta parte del film.

Por otra parte, ¿cual es el motivo de la inclusión de tal cantidad de música? Esto está relacionado con el extenso uso que se hace del silencio en todo el metraje que termina por esterilizar el montaje sonido. Por ello, Terrence Malick, tiene que luchar contra las bajadas de ritmo que esto produce. Para amortiguar este defecto une un sinfín de piezas musicales de históricos compositores como François Couperin, Bach, Berlioz, Bedřich Smetana, Mahler, Holst, Górecki, Tavener. Como esto no es por sí solo suficiente, introduce al compositor cinematográfico Alexandre Desplat  [Harry Potter y las reliquias de la muerte, El discurso del rey, El escritor (2010), Un profeta (2009)…] para tapar los pocos huecos sobrantes. Al verse Desplat en la imposibilidad de estar a la altura del panteón de grandes y consagradas obras musicales con las que cuenta la película, crea un colchón musical vacío y falto de personalidad. Resultando: un amasijo borroso y agotador.

Hay tanta música en la película que parece que Malick lo justifica convirtiendo al personaje Mr. O’Brien (Brad Pitt) en un virtuoso del piano y el órgano además de insaciable melómano.

Sería fácil pensar que el diseño de sonido de este film es así por motivos de sutileza, esto es un error, ya que las voces nos martillean sin escrúpulo y además no existen ningún juego entre voz en off, sonido directo, efectos y ambientes que nos indique esta búsqueda. Por lo tanto el conjunto que escuchamos no es sutil, simplemente permanece bajo de intensidad. Tal vez se podría decir que esta pensado para no sobrecargar al espectador, el cual, permanece hipnotizado por el poderoso contenido poético de la imágenes y su ágil montaje visual. Este sobreesfuerzo en el espectador solo se da si el diseño de sonido se deja en manos de alguien inexperto o con un burdo uso del lenguaje sonoro. Este no es el caso.

Hay que recordar que no es la primera vez que Malick «usa» de esta manera el sonido y termina con el mismo resultado. Esto ya se pudo contemplar en “La delgada línea roja” (1998) y sus militares poetizados, por lo que se puede afirmar que todo es buscado y de su gusto.

Saliendome del análisis sonoro del film, considero que la parte más interesante del guión es la compleja lucha contra los deseos incestuosos por los que pasa el joven Jack (Hunter McCracken). Como espectador este sentimiento es comprensible al ser Jessica Chastain el objeto de deseo. Su personaje hace gala de una elegante dulzura a medio camino entre la personificación mariana y la tímida belleza femenina, pero totalmente ausente de sentimiento maternal y delicadamente sexualizada.

Sobre el guión decir que he de estar en desacuerdo con las críticas que describen a este film como “no es una película para todos los públicos ya que es compleja y a la gente le gusta que le den todo mascado”. Este razonamiento autocomplaciente no puede justificar tal despropósito argumental ya que su escasa trama se podría solucionar en 15 minutos de metraje y en vez de 139 minutos. Me queda la alegría de ver como Malick no ha escrito una película creacionista o antievolucionista. Por suerte, aun siendo una película profundamente católica, no ha sido arrastrada por el oscurantismo de estos movimientos que tanto daño hacen a la razón y a los sistemas educativos.

«En definitiva, El árbol de la vida es una película muy recomendable a estetas visuales de bajos vuelos sonoros que se conforman con el acompañamiento de un soundtrack al más puro etilo videoclip»

Aquí se puede encontrar el Salmo en el que posiblemente Malick se basara para la creación de las imágenes del árbol e incluso del titulo del film además de una breve explicación de algunos sus elementos más característicos.

Salmos 1,

3 Es como el árbol
plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!

Símbolos

El agua es la purificación; devastadora para el pecado y vivificante para el espíritu.

El árbol representa la sabiduría y la ley de Dios, también la Biblia compara al hombre que cumple la ley de Dios con un árbol frondoso.

El mar y la sal relacionado con el rito del bautismo en el que se le pone un poco de sal en la lengua del bautizado simbolizando la entrada a la familia de la Iglesia

La campana, el despertar espiritual pero también señala las horas de la celebración de la Misa, de la oración, los momentos de dolor por la perdida de un miembro de la comunidad entre otros significados.

Selección musical de The Tree of Life

Funeral Canticle
Written by John Tavener and Mother Thekla
Performed by George Mosley, Paul Goodwin and the Academy of Ancient Music. Harmonia Mundi USA

Symphony No. 1 (in D Major, ‘Titan’)
Written by Gustav Mahler
Performed by the Polish National Radio Symphony Orchestra conducted b Michael Halász
Naxos

Morning Prayers
Written by Giya Kancheli

Wind Pipes
Written and Performed by Michael Baird
Sharp Wood Records.

Ta Há 1 (Uranus)
Written and Performed by Klaus Wiese
Aquamarin Verlag GmbH, Germany

Lacrimosa 2
Composed by Zbigniew Preisner
Performed by Elzbieta Towarnicka (soprano) and the Sinfonia Varsovia
and the Varsov Chamber Choir, conducted by Jacek Kaspszyk
New Music B.V.

Ascending and Descending
Written by David Hykes
Performed by David Hykes and The Harmonic Choir
Harmonic Presence Foundation

Resurrection in Hades
Written by John Tavener and Mother Thekla
Performed by Joseph Jennings and the Chanticleer Choir and Chorus
Warner Classics

Berlioz: 7. Domine Jesu Christe [Requiem Op. 5 (Grande Messe des Morts)]
Performed by Wandsworth School Boys Choir, London Symphony Chorus, London Symphony Orchestra, Sir Colin Davis
Decca Music Group Ltd.

Siciliana Da Antiche Danze Ed Arie Suite III
Written by Ottorino Respighi

Hymn to Dionysus (Op. 31, No. 2)
Composed by Gustav Holst

My Country – Vltava (The Moldau) // Má Vlast: Vltava
Composed by Bedrich Smetana
Performed by Vaclav Smetacek and The Czech Philharmonic Orchestra

Symphony No. 3 ((II : Lento e largo, Tranquillissimo))
Written by Henryk Górecki
Performed by the Polish National Radio Symphony Orchestra conducted by Antoni Wit
Naxos

Harold in Italy
Written by Hector Berlioz

[…]

Otras referencias

Carl Sagan

Lugar de encuentro de los católicos en la red

La vanguardia.com

Listado completo de piezas musicales de The Tree of Life